Marcelo y la costumbre de la prensa madridista de culpar de todo a los que se quieren ir del Madrid

De aquí al final de temporada a Marcelo le esperan críticas de todo tipo. Y da igual que tenga buenos partidos. Cuando juegue bien, dirán que el Madrid ganó gracias a Vinicius, Benzema, Ramos o Lucas Vazquez, pero nadie dirá lo bien que lo hizo Marcelo.

Ahora bien, cuando el Madrid no juegue bien, la culpa será siempre de Marcelo, porque el brasileño ha cometido un grave error: dejarse querer por la Juventus y el Real Madrid y sus asalariados de la prensa no lo dejarán ir de pie.

Es costumbre y tradición en la casa blanca encender el ventilador y lanzar mierda localizada sobre cualquier jugador que manifieste su interés por salir del Real Madrid. Querer irse del Madrid es pecado, y un pecado que se paga con críticas por todos lados. A menos que seas español, entonces no te criticarán tanto.

Pasó con Ozil, que tras mostrar su deseo en salir del Madrid, de inmediato se convirtió en el chivo expiatorio para cada mal partido de los blancos. Quien antes era un mago pasó a ser un pobre fumador, que se la paseaba jadeando cansado por los campos de España.

Sucedió lo mismo con Di Maria, que pasó de ángel a demonio en un abrir y cerrar de ojos. Bueno, tan pronto Di Maria dejó clara su intención de salir, todos los cañones fueron a por él.

Y lo vimos recientemente con Cristiano Ronaldo, el mejor jugador que ha jugado con la camiseta del Real Madrid en más de un siglo. Tan pronto se filtró la noticia de que el portugués quería salir, le llovieron críticas por todos lados. Y de todo tipo, desde ególatra, viejo y defraudador, hasta mal compañero y violador. Y todas esas críticas, provenientes de los medios que antes le idolatraban.

Pues ahora le ha tocado el turno a Marcelo. Resulta y viene a ser que ahora Marcelo es la causa de todos los males del Real Madrid.

Al final de la temporada, Marcelo marchará a Turín, y no para jugar en el Torino. Y será menos doloroso ver marcharse al capitán blanco, porque para entonces, las mentiras repetidas se habrán encargado de convertir a Reguilon en el mejor lateral izquierdo del mundo, y a Marcelo en un pobre viejo acabado.

Similar a cómo está sucediendo con el viejo Cristiano Ronaldo, que no le hace un gol a nadie a sus 34 años de edad. Aunque la realidad sea totalmente lo opuesto.